La gente acude al tratamiento por diferentes motivos. Puede que sufras ataques de pánico y fobias, un choque cultural, las secuelas de situaciones traumáticas vividas, una depresión, sentirte sola, tener pensamientos obsesivos, molestias físicas, ansiedad, compulsiones, cambios de humor o dudas acerca de decisiones tomadas a lo largo de la vida. También pueden existir patrones repetitivos de agresión o decepción en tus relaciones personales y familiares, dificultades laborales, duelos no resueltos, conflictos de pareja, problemas relacionados con un cambio de país o cambios trascendentes en la vida, como la maternidad, la vejez, etc. .
A veces no se trata de un problema claro, sino de un sentimiento general de malestar. Hay mucha gente que funciona bien en su trabajo o en casa, pero aun así no se siente bien.
Los ejemplos mencionados anteriormente son solo algunos de los problemas que pueden surgir en la vida personal y que llevan a una persona a buscar ayuda. En general, se puede decir que cuando una persona no tiene la calidad de vida que le gustaría, es hora de consultar a un consultor psicológico o psicoanalista.
El objetivo del tratamiento es recuperar el deseo de vivir, es decir, que uno puede desarrollar proyectos que le llenan de alegría y le dan ganas de vivir. El énfasis está en lograr una mejora significativa de su calidad de vida psíquica, emocional y social, con el objetivo de que sus dolencias desaparezcan. También permite sentirse más libre para elegir lo que más conviene en su vida y ser fiel a su verdadera personalidad.
